Fever Dream (Distancia de rescate) comienza con una conversación desconcertante; tuve que leer la primera página varias veces.
La historia trata de David visitando a una mujer llamada Amanda en un pequeño hospital rural. Es básicamente una conversación entre los dos. Algo malo le ha pasado o le está pasando a Amanda, pero no sabemos exactamente qué.
Es una historia de horror. No se trata de sangre, monstruos, asesinatos o criaturas; el miedo es misterioso, invisible. Pero no dejas de sentir que algo anda mal. Realmente no quiero arruinar la experiencia diciendo más.
Pero lo que más me impactó de este libro es el ritmo y la forma inteligente en que la autora lo maneja. Para mí, fue una historia contada en dos velocidades: uno de los personajes en la conversación tiene prisa, el otro quiere tomarse su tiempo. Estaba atrapada en esta “tierra de nadie” donde quería escuchar más detalles lentamente, pero también sentía la necesidad de apresurarme como si hubiera algún tipo de imperativo para hacerlo. Honestamente, fue la sensación más extraña.
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